Recobrando fuerzas

Después de un tiempo, vuelvo por aquí a seguir contando Mi Vida Sin Hijos.

No estoy aún totalmente recuperada. Aún mi Beta sigue saliendo positiva, aunque va bajando y la semana pasada ya sólo estaba en 41 (llegó a estar a 900 y pico). Con un poco de suerte esta semana o la próxima ya estará a cero.

Tengo ganas de que mi cuerpo termine de recobrar la normalidad, aunque lo que queda ya es lo de menos. Lo gordo ya pasó, y yo me siento mejor, que es lo importante. Al menos, he dejado atrás unos días en los que me sentía especial y extremadamente sensible, imagino que por el bajón hormonal, y aunque no he conseguido llorarlo todo, porque me cuesta un mundo (ojalá pudiera pegarme una buena llorera de esas que te dejan el alma como nueva), al menos no me siento con ganas de llorar pero sin poder hacerlo.

Se que poco a poco iré llorandolo, pero tiene que ser al ritmo que quiera mi alma, yo ahí no mando. O sí que mando, pero mi alma no me responde como yo quisiera, así que mejor le dejo hacer a ella, y ya saldrá por algún lado.

Es curioso como reaccionamos ante ciertas situaciones, cada uno reacciona de una forma, y aunque uno quiera cambiarlo, no se puede. Eso, da pie a múltiples interpretaciones, gente que no lo entiende, o que no quiere entender que tu eres así, y reaccionas así, y que no por eso eres mejor o peor que nadie, ni estas deprimido, ni necesitas un psicólogo. Simplemente, eres así.

Yo lo comparo con un vaso. Yo creo que soy como un vaso, que poco a poco va llenándose, aguantando una cosa, y otra, y otra, y otra más y mientras se va llenando vas aguantando, encajando las cosas como puedes, y aguantando el tipo como puedes. Hasta que llega un momento en el que el vaso se llena, rebosa, y ahí es cuando te desahogas, y a su vez, dejas hueco en ese vaso pasa seguir llenándolo.

Pues bien, yo tengo vacío ese vaso solo en parte. Me encantaría tener algún mecanismo o un botón para vaciar el vaso, pero no lo tengo. Simplemente el vaso se vació un poco y ahora queda hueco para poder aguantar más cosas.

No se si soy un bicho raro, y se que puede que no se entiendan mis reacciones, pero conozco más personas que reaccionan igual que yo ante las malas noticias. Y no creo que estén deprimidas ni locas, ni necesiten un psicólogo para superar estos trances.

En cualquier caso, lo que yo quería contaros es que estoy mejor, que estoy recobrando fuerzas, y cargando baterías, y que poco a poco volveré a seguir contando mi vida en este blog.

Espero tener muchas cosas buenas que aportar y compartir, para que este blog no se convierta en un trueno de las desventuras de una infértil del que solo se sacan cosas tristes, porque a pesar de que esto es duro, tengo muchas cosas aún que contar.