Llevo una semana con distintas dolencias "preñiles". Ha sido llegar a la semana 23 y de repente, empezar los achaques. No son cosas preocupantes, al menos de momento, pero cada día surge una cosa diferente.
El Jueves pasado decidí volver a casa dando un paseo desde el trabajo. No está muy lejos, pero el caso es que no pude llegar a casa caminando. Cuando llegué a la cuarta manzana, empezó a dolerme la barriga. Bajé el ritmo, y empecé a caminar más despacio, tampoco tenía excesiva prisa... pero no se me paso. Paré, me deleité la vista en unos escaparates, mientras descansaba un poco, con la esperanza de que fuera momentáneo. Empecé de nuevo a andar, y zas! ya estaba ahí el dolor de nuevo. Me dio miedo, así que terminé cogiendo el autobús porque además me encontraba cansadísima de repente, maldiciendo mi nula forma física, y preguntándome si no podría dar ni siquiera un paseo de aquí al final del embarazo. ¿No dicen que las embarazadas tienen que pasear? Pues vaya panorama!
Llegué a casa, y descansé y el dolor desapareció.
El sábado nos levantamos pronto, teníamos que trasladar parte del mobiliario de la actual habitación de invitados/futura habitación de BB a otra casa, pero tengo que decir que yo no hice gran cosa, se ocupó de todo T. A medio día, salimos a comer y todo mi esfuerzo consistió en subir al coche y sentarme en el restaurante. Cuando acabamos de comer, me entró un cansancio espantoso, como si me faltara de golpe la energía. ¡¡Pero si no había hecho nada!! Grrr... Me senté en el coche y recuperé un poco. Nos acercamos a hacer la compra. Tardamos como mucho media hora. Bueno pues cuando estábamos en la caja, me tuve que ir a sentarme porque no podía más.
Me empieza a asustar este cansancio repentino y mis limitaciones tontas para hacer cualquier cosa. Lo bueno es que con descanso se me pasa, jajaja.
El Domingo, estuve tirando trastos, despejando la habitación de BB, porque han empezado las obras esta semana, y tenía que estar totalmente despejada. Pero tampoco hice ningún esfuerzo físico grande, yo solo llenaba bolsas de cosas, pero ni siquiera las cargaba. Eso lo hacía T (Bendito T! jajaja).
Cuando acabé, me tumbé un poco porque me sentía cansada. Cuando me fui a levantar, me dio un tirón en la barriga brutal. Me asusté. Me asusté mucho. Tirones me habían dado antes, pero nunca tan fuertes en la barriga y nunca ninguno que no se fuera en pocos minutos. Me quedé sin poder moverme, no podía andar, no se me pasaba, y empecé a angustiarme por si tenía que salir corriendo a la clínica. Llamé a mi hermana (aclararé que es médico), y ella me tranquilizó. Que era muscular, que tomara paracetamol y me tumbara y pusiera calor seco. Efectivamente, al rato el dolor desapareció, pero lo pasé francamente mal por el susto.
El lunes tenía consulta en la clínica. Subí un poco temerosa de saber si todo seguiría bien, aunque esperaba que si. No tuve manchados de ningún tipo, ni contracciones, por lo que en principio no debía asustarme, pero hasta que no lo comprobé en la ecografía tenía ese temorcillo por ahí metido que no conseguía desterrar del todo de la cabeza por mucho que lo intentaba. Efectivamente, BB estaba estupendamente, ya pesa 641 gr. y el tamaño también era correcto. Su corazón latía con fuerza así que no había de que preocuparse.
La tecla de ese día fue que mientras esperaba en la clínica para entrar a la consulta, me dio un jamacuco, me entró un calor insoportable, me mareé y casi me desmayo. Como cuando te da un bajón de tensión. Llamé a la enfermera y le dije que me estaba mareando, me tumbaron allí mismo, pies en alto, y me empezaron a dar aire. A los pocos minutos recuperé el color, jajaja. Y la compostura... jajaja (que vergüenza!). Mi tensión estaba bien, así que sería una bajada de azúcar, me mandaron tomar una cocacola normal (no ligth ni zero, lógicamente) y me recuperé. Mi ginecólogo me explicó que era normal y que a muchas embarazadas les pasaba. Y que no era peligroso, que el problema puede venir cuando el azúcar está alto, pero cuando está bajo, no. Así que nada, otra tecla poco importante.
Para los dolores al andar en la barriga me ha recomendado una faja, sobre todo porque aún me queda mucho embarazo por delante, y tampoco es plan de estar así desde ya. Así que la he encargado, y ya os contaré que tal me va. Espero que me ayude, porque si no, ¡la llevo clara!
Por otra parte, desde la semana 22 estoy notando cosas en la barriga, pero el problema es que no se identificarlas como patadas o como movimientos o como lo que realmente sea. A veces noto como espasmos en la barriga, pero creo que no se me pone la barriga dura, así que creo que no son contracciones. Esto de ser primeriza es lo que tiene, que no sabes que es cada cosa, así que vas a ciegas.
Otras veces si he notado como un golpe interno, más tipo patada, pero es cierto que eso no lo siento siempre, solo lo he notado ocasionalmente, aunque si, imagino que eso serán patadas.
Y otras veces, sobre todo después de comer y de cenar, suelo notar una especie de movimiento extraño, indefinible. A veces es como si tuviera una especie de ola dentro, parecido a una burbuja pero no lo identifico como una burbuja como tal. Es más como si desde dentro alguien cogiera la piel hacia dentro y la soltara de repente (como un tirachinas) pero sin notar esa tensión de un tirachinas ni dolor ni mucho menos. Es algo raro, distinto, diferente a lo que he sentido nunca, y sobre todo, nuevo para mi.
(NOTA: Si alguna ha sentido algo parecido o me sabe sacar de dudas sobre si lo que siento son movimientos del bebe o si son cosas del útero, que haga el favor de contármelo. Gracias)
Ayer tuve la prueba del azúcar y no tuve ninguna incidencia nueva, jeje. Ya os contaré cómo salen los resultados, a ver si me libro de la diabetes gestacional.
En fin, como veis, me ha pasado de todo las últimas semanas. (Ah! Porque no os conté que la semana anterior pille un trancazo que me ha durado 15 días y me ha tenido fastidiada sin poder dormir por la congestión bastantes días), así que bueno, a ver si vamos mejorando de los achaques varios, porque me queda mucho embarazo por delante.