lunes, 30 de enero de 2012

Algunas de las cosas que me indignan


Imagen cortesía de aquí





Hoy me he levantado reivindicativa. Así que me siento como una "indignada" más, pero a nivel particular, que aunque también me indigno por las mismas cosas que el grupo de los "indignados", (y que casi la totalidad de la sociedad española en estos momentos), lo cierto es que hablar de ese otro movimiento está más que visto por la bloggosfera, así que lo dejo para otro momento. Hoy os hablaré de otras "indignaciones" más cotidianas si cabe.

Me considero una persona tranquila, poco amiga de las discusiones, muy prudente en mis manifestaciones y sobre todo, por lo que veo, mucho más empatica que alguna persona con la que me he topado. Y no es que saque un 10 en empatía, por supuesto que no, pero desde luego, a la vista de lo que me he encontrado por ahí, creo que algunas personas tienen que hacérselo mirar.

Cierto es que no soy la más impulsiva del mundo, y que no todo el mundo es igual, pero precisamente por eso, hay una cosa que se llama RESPETO, y faltarselo a la gente gratuitamente no entra en mis planes de vida. No me gusta que me lo falten a mi, así que yo mido mis palabras antes de ofender.

Esta claro que hay gente de todo tipo, no todos somos iguales, pero me repatea que si yo hago un ejercicio por morderme la lengua y no decir cosas que pueden hacer daño, la gente no haga ese mismo ejercicio conmigo, amparándose en que son impulsivas. No, señores, no estoy de acuerdo en tener que comulgar con carros de molino porque esa es su forma de ser. El respeto entiendo que está por encima de toda esa impulsividad mal entendida. Dan ganas de decirles "Vale, voy a ser tan "impulsiva" (por no decir otra cosa) como tu lo eres conmigo, a ver si te parece igual de bien el resultado". 

Así que no soporto la gente que habla sin pensar en las consecuencias. La que se permite soltar lindezas en un momento de calentón, amparándose en que "son así", y luego, reculan cuando ven que han metido la pata o se han pasado 20 pueblos. Las palabras se las lleva el viento, pero son capaces de hacer daño, y como tal, entiendo que hay que medirlas. Aunque, claro, también hay quien es incapaz de pedir disculpas, (porque de todo tiene que haber en la viña del Señor), de modo que hay gente que ni siquiera es capaz de intentar arreglar el desaguisado que ha montado por dejarse llevar por el calentón. Esto incluso, me parece más grave aún, porque demuestran un orgullo y una soberbia que desde luego, no van conmigo. (Ejemplo: Cualquiera de las lindezas que sueltan algunos de los personajillos que pueblan algunos programas de la tele,  y que me hacen pensar que deben ser bastante peores sin cámaras delante, porque delante de la cámara, aún se tienen que cortar para no soltar insultos por si les cae alguna denuncia).

No me gusta la gente que se ve en la casi obligación de tener que opinar de todo (aún sin haberles preguntado la opinión), y sobre todo, opinar siempre en el sentido contrario al que tu manifiestas, ya sea una decisión importante, o la más nimia de las decisiones, tipo decidir sobre el modelito que te pondrás en X evento. La opinión es libre y cada uno tenemos la nuestra sobre todos los aspectos de la vida, pero siempre que se digan con respeto.

Además, si siempre que opinas lo haces para criticar la opinión del otro, y nunca le das "la de arena", eso no es precisamente agradable para la persona que recibe los comentarios, y termina por aborrecer a esa persona, de modo que no, no es una buena forma de "venderse" de cara a los demás, por mucha necesidad que se tenga de reafirmarse en todas las convicciones que se tengan y se necesite continuamente el reconocimiento del respetable. ¿Quien no ha sufrido a la típica vecina tocapel...tas que se dedica a cotillear e intenta sacarte información sobre temas que no le incumben, y cuando hablan, encima, solo saben soltar lindezas, cargándose de razón? Dan ganas de soltarle "Déjeme usted en paz. ¿Qué le importa a usted lo que yo me vaya a poner o no poner, señora?"

Y en relación con esto último, tampoco soporto la gente que habla sentando cátedra. Esas personas que se creen que tienen la verdad absoluta sobre todo, cuando en realidad, no saben nada de nada, pero hablan y hacen afirmaciones sin el menor fundamento sobre el tema, y encima te intentan convencer, como si tu fueras imbécil.

Cuando yo no tengo conocimiento sobre algo, intento no opinar, y si tengo que opinar, casi siempre mi respuesta va precedida de un "No tengo toda la información al respecto". Si, digamos que soy prudente, quizá demasiado para la fauna que habita esta sociedad, pero lo contrario me parece una temeridad y sobre todo, una falta de respeto cuando el interlocutor que tienes enfrente está pasando precisamente por el problema objeto de conversación. Lo mejor de todo es que cuando esas personas tienen que pasar por lo mismo que tienes que pasar tu, resulta que entonces es cuando entienden realmente de qué va la película, pero algunas, son incapaces de decir "Es cierto, estaba equivocad@". Debe ser que la capacidad para hablar y opinar sobre todo siempre sentando cátedra va íntimamente ligada a la incapacidad para rectificar. En fin, al menos queda el consuelo de saber que por la boca muere el pez.

No me gusta la gente a la que le gusta la confrontación. Esta claro que hay gente "más broncas" y "menos broncas", y yo desde luego, estoy en la catalogación de "antibroncas", pero la gente que le encanta meterse en movidas tontamente y además gratuitamente, me parece que deben tener un grado muy alto de frustración en sus vidas, porque pudiendo dedicarse a otras cosas y a ser felices, se dedican a buscar líos. No se, me parece que es de ser un poco "macarra". Por mi trabajo, tengo que tratar con gente de todo tipo, pero que desde el principio te planteen situaciones en las que su forma de enfrentarse a los problemas es atacar tooooodo lo que no les diga "si, bwana" me parece que tienen un planteamiento de vida muy equivocado, y serían mucho más felices si aplicaran el "vive, y deja vivir". Cada vez que veo el programa ese de "hermano mayor" sobre chavales conflictivos, y todos reaccionan así, me quedo perpleja al comprobar el tipo de fauna que forma la generación que viene. Aunque se que estos son solo (gracias a Dios) parte de otros muchos jóvenes que son estupendos, solo que no salen en la tele, jajaja. 

No me gusta la gente que va de cool y tiene un afán desmedido por mostrarte todas las cosas guays que hace o tiene, alardeando de lo estupend@/divertid@/original/arrollador-a/inteligente (supuestamente) o guay que es, con el único propósito de fardar y que le des tu reconocimiento, y luego, es cutre como el solo para otras cosas mucho más asequibles. Es como el que se pasa veinte pueblos comiendo de todo, y llega al cafe y lo pide con sacarina. Incoherente, y absurdo ¿no?

No se, quizá es que yo soy demasiado pacifica, y quizá cuadriculada, o quizá es que tengo un concepto del respeto demasiado estricto, ¿quien sabe?, pero si tu libertad puede llegar a molestar al que tienes enfrente, desde luego estas pasandote de los límites de la cordialidad y estas entrando en el ambiguo concepto de la falta de respeto.




3 comentarios:

  1. Te has quedado a gustico? Venga, ven al puré, que remamos un rato juntas.

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  2. Jajaja, pues creo que aún tengo para algunas indignaciones más, no te creas, jajaja.

    Si, casi que me voy a remar al pure un ratito, a ver si haciendo el muerto, entre las dos, salimos de la marmita.

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  3. Encuentro lugares de mujeres que no quieren tener hijos sin dificultad, y cuando busco a algún varón como yo que no desea reproducirse, no encuentro nada, ¿qué pasa?, ¿es que es demasiado común y no llama la atención?, o es que no lo expresamos. NO lo sé, el hecho es que comparto contigo esto, aunque mi único motivo por el cual no deseo tener prole es más sencillo y a la vez mucho más complicado de entender.

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