Día mundial contra el cáncer

Imagen cortesía de "vayatele.com"

Todos conocemos, o hemos vivido de cerca, casos de pacientes con cáncer. Desgraciadamente, es una enfermedad que se encuentra entre las primeras causas de mortalidad, quizá por eso haya sido difícil  hablar de ello con naturalidad durante todos estos años. Sin embargo, la sociedad va avanzando, y gracias a Dios, la medicina, también, y poco a poco, se van consiguiendo mejores tratamientos, y mejores resultados en los mismos. También se cuentan con métodos de diagnóstico precoz en algunos casos, que hasta hace unos años no existían.

Compruebo esperanzada que hoy en día la palabra "cáncer" ya no es irremediablemente sinónimo de muerte, sino que hoy por hoy, muchísima gente se cura. Personalmente mi madre no tuvo tanta suerte, pero se enfrentó a ello sabiendo todo lo que suponía la enfermedad, luchó durante años, peleó duro y le plantó cara, y llegó a vencerlo en varias ocasiones. Dicen que la actitud hace mucho en este tipo de tratamientos, y ella tenía coraje y fuerza suficiente para enfrentarse a ello.

De un tiempo a esta parte, la sociedad va cambiando, cada vez es más habitual que una persona pública o una que no lo es tanto, anuncie que padece cáncer.  Creo que ello contribuye a que poco a poco la sociedad le vaya perdiendo el miedo a pronunciar esa palabra. Cuando te dan una noticia de ese calibre, obviamente es un jarro de agua fría que hay que digerir, pero siempre digo lo mismo a mis amigos cuando me cuentan que tienen un familiar con cáncer, (supongo que al vivirlo antes que ellos en mi familia, saben que entenderé sus sentimientos). Siempre les digo que hay esperanza, que el diagnóstico de algo así siempre es un palo, pero que solo están al comienzo de la batalla. Que aún quedan muchas batallas que librar, y que vencer, y que es posible curarse, aunque al principio asuste.

Hoy quiero rendir mi pequeño homenaje a todas las personas que padecen o han padecido cáncer. A todas las que han luchado hasta el final, aunque no vencieran, y a todas las que ayudan a normalizar, con su testimonio, la situación, y luchan por salir adelante. También a todas los familiares de las personas enfermas, puesto que también necesitan saber cómo afrontar algo así.

Gracias a todas esas personas por ser como son, y ¡a seguir luchando!