Lo prometido es deuda

Tal como os adelanté, el pasado sábado se celebró un mercado craft de nueva andadura, se trata del Cool Craft Market, y nace con vocación de repetirse cada tercer sábado de cada mes.

La convocatoria fue un éxito, ya que la comunicación del evento estuvo realmente fantástica, y salíamos en todos los periódicos de la ciudad y en muchas de las páginas oficiales tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad Valenciana.

La organización desde luego fue todo un éxito y para mi fue una experiencia increíble. Es la primera vez que participaba en algo así, de modo que como buena novata, no tenía mucha idea de que iba a suponer, o como lo iba a vivir.

Lo primero que me sorprendió fue que llegaran a seleccionarme entre los que habíamos mandado la solicitud. Tengo que confesar que no tenía claro si encajaría o no, y si habría un hueco para mi en este mercado. Así que mandé la solicitud sin tenerlo muy claro, y la primera sorpresa fue que me seleccionaran, entiendo que sobre todo, porque se trataba de algo distinto a lo que allí se suele exponer.

Lo siguiente fue preparar que iba a llevar. Es algo complejo porque lo mio no es algo que se venda de aquí para usarlo mañana, sino que más bien se trata de un servicio, así que me lo tomé más bien como una inversión en publicidad y en darme a conocer, además de vivir una experiencia diferente. Aún así preparé unos kits de distintas cosas, para mostrar un poco el trabajo, y exponerlo allí. Diseñé unos kits un poco más desenfadados, más frescos, más veraniegos, y más juveniles, con un aire pop retro ya que el público que acudiría al evento sería gente joven. Pero además, también preparé un book personal, donde mostrar todos los trabajos que he ido haciendo hasta el momento. Eso sí todo con un aire muy craft que es de lo que se trataba.

Por último pensé en exponer un buffet dulce de los que suelo montar para que la gente conociera un poco el estilo de lo que hago.

Allí me fui yo a primera hora de la tarde para montar el puesto, y tengo que decir que T y una de mis mejores amigas vinieron a ayudarme y en un pis pas, tenía todo colocado (6 manos van mucho más rápido que 2).

Tengo que decir que el ambiente entre las compañeras (porque casi todo eramos mujeres) era increíble. Nos habíamos conocido unos días antes y ya me encantó el buen rollo existente. Pero es que el sábado comprobé que eso no había sido un espejismo, sino que se respiraba compañerismo, ilusión, nerviosismo, y buen rollo en el ambiente mientras íbamos preparando nuestros puestos.

Poco a poco, la gente fue llegando, al principio timidamente, (hacía mucho calor) pero en cuanto bajaron  un poco los grados aquello empezó a llenarse de gente, que atraídos por el nuevo acontecimiento, pudieron disfrutar de mucha creatividad, artículos realmente originales, y además un ambientazo mientras se tomaban una cervecita, y escuchaban buena música.

Lo mejor, aparte de la cantidad de gente que conocí y los proyectos que van a salir de ese encuentro, fue que me dí cuenta que tengo unos amigos fabulosos. Ya lo sabia, pero una vez más me demostraron que están ahí, para todo. Vino gente hasta de fuera de mi ciudad para acompañarme ese día, y todos mis distintos grupos de amigos se pasaron por allí, a darme su apoyo, a darme un abrazo, a animarme a seguir y a disfrutar un poquito conmigo. Me sentí muy querida por los amigos que realmente lo son. Los que valen la pena, que luego hay mucho lobo con piel de cordero por el mundo, pero esos, no me interesan en absoluto. No estaban todos los que son, pero desde luego, si son todos los que están. GRACIAS