jueves, 8 de abril de 2010

Reflexiones sobre la maternidad

Después de un merecido parón vacacional y de descansar y desconectar la mente, vuelvo a la carga, a contar cositas por aquí.

Estos últimos días no paro de escuchar noticias que me dejan perpleja. Guarderías que han dado tranquilizantes a bebes; Madres que se prostituían y han prostituido también a sus hijas menores, y hasta han provocado que sus hijas hayan sufrido enfermedades venéreas, o hasta una niña de 16 años que ha matado a otra niña de 14 no se entiende aun ni porque. Y una se pregunta, ¿pero cómo se ha podido llegar a esto?

No puedo entender cómo pueden degenerar tanto ciertas personas. Y lo que me parece más preocupante, es que en este último caso, se trata de niños adolescentes, y una tiene la impresión que para ellos, hoy por hoy, todo vale. ¿Que un profesor me llama la atención? pues me enfrento a él, y le pego. ¿Que mi madre me pega un tortazo? Pues la denuncio. ¿Que un niño no dice palabrotas, como el resto? pues ya está, se convierte en un friki y por tanto está excluido del grupo. Y claro, la segunda parte, eso ya da derecho a meterse con esa criatura. Y si hace falta increparle, pegarle y grabarle en el móvil para colgarlo en internet, pues se hace, que para eso es un proscrito.

Ante este panorama, una se pregunta si está preparada para traer a esta sociedad actual a un niño. Una piensa que a sus hijos no les pasara, y que si le das una buena educación, a tu hijo no se le ocurrirá ir haciendo el cafre por ahí y metiéndose en problemas. Pero claro, es que como tu hijo sea demasiado bien educado, también tendrá un problema porque el grupo no lo aceptara por no decir palabrotas, porque no será un tío “enrollado”, sino que será un friki. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Cuál es el término medio? Si yo no quiero que mis hijos digan tacos, ni vean violencia en la televisión, ¿creare un hijo candidato a friki?

Puede que visto asi, parezca una exageración lo que digo, pero es totalmente cierto lo que digo y son ejemplos reales de cómo está el panorama social.

Así las cosas, a una cada vez le da más miedo tener un hijo, porque aparte del camino que me está tocando pasar para lograr un embarazo, después viene lo más duro, que es no bajar la guardia con la educación. ¿Estaré preparada para hacerlo bien? Y si le inculco los valores y la educación que me dieron a mí, ¿estaré haciendo que mi hijo sea un infeliz porque no le permitiré decir tacos, y por tanto es susceptible de ser un friki?

Hace unos días una amiga comentaba que se sentía un poco mal porque había tenido que reñir a su hija de un año porque se estaba poniendo burrota, y quería hacer lo que le diera la gana. Yo entiendo que debe dar mucha penita tener que regañarles de tan pequeñitos, pero es que creo que hay que poner límites desde bien pequeños, para que después no se desmadren (o no lo hagan demasiado). Le dije que no se sintiera mal por poner límites porque es necesario que lo haga. Mi opinión personal es que es algo fundamental, y que quizá si se hubieran puesto limites desde pequeños a estos adolescentes que tenemos ahora, no terminaríamos viendo en las noticias este tipo de sucesos.

Igual parezco una “abuela cebolleta” pero cuando escucho este tipo de noticias, no puedo evitar pensar ¿A dónde vamos a llegar?

4 comentarios:

  1. Querida "abuela cebolleta":

    Me identifico totalmente con esa madre!! jajaja
    Yo soy muy estricta en cuanto a comportamiento. Quiero decir que NO soporto a los niños maleducados, descarados y sin disciplina, pero dentro de los límites de que son niños, y como tal deben comportarse.

    Cuando regaño a mi niña de un año lo primero que me pregunto es si me estaré pasando, y si sé aceptar que es una niña, y que sólo tiene un año.
    Hasta ahora todo me parecía mucho más fácil, incluso con mis sobrinos. Pero cuando esto toca a una...la cosa se complica.

    Lo que sí tengo seguro es que no me da igual si dice tacos, ni si se comporta mal, y si no tiene educación para saber comportarse en una mesa o en una reunión social. Intentaré por todos los medios que sepa comportarse en cada momento, pero también procuraré que esté integrada en su sociedad, entre los otros niños.

    Cómo se hace? pues no lo sé, pero tengo la firme convicción de que si conseguimos que nuestros hijos sean buenas personas, lo demás pasará a un segundo plano y su situación en la sociedad vendrá dada.

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  2. Reconozco en tus palabras el mismo miedo que tengo yo a la sociedad actual, aunque de un tiempo a esta parte he visto a muchas madres/padres volver a casa apartandose de su vida laboral o reduciendo su jornada para criar, cuidar y educar a sus hijos, así que creo que nos estamos dando cuenta del mal que se expande en nuestra sociedad y la falta de disciplina.

    Confio, espero y creo que volveremos a tener valores, educación, respeto y compromiso...esas son las bases del individuo, de la familia y por supuesto en ultimo termino de la sociedad.

    Así que prefiero apartar el miedo y poner mi granito de arena para que éstas cosas que cuentas no se vuelvan a repetir.

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  3. Yo también creo que la educación y el tema de los límites es una cuestión muy difícil, que genera muchas dudas y miedos. Sobretodo cuando miras a tu alrededor y te das cuenta de los peligros que entraña la sociedad actual.

    La verdad es que yo misma he hecho muchas cosas de joven que, pensando como madre, me gustaría que mis hijos no hicieran. Pero la vida no me ha ido tan mal al fin y al cabo. Y mira que yo intentaré cambiar muchas de las cosas que hicieron mis padres conmigo y con mis hermanos. Pero por muchos errores que ellos cometieran, los tres somos hoy en día personas "de provecho" y tenemos muchas cosas que agradecerles.

    Sé que mis hijos experimentarán por si mismos con los límites de lo que es bueno y lo que es malo para ellos. Creo que no podremos evitarles del todo eso y que, de hecho, es necesario que de algún modo lo hagan para llegar a ser adultos responsables, que sepan tomar decisiones "adecuadas" por ellos mismos. Lo importante es que tengan una educación coherente de base, que les ayude a pensar, a afrontar los errores y a asumir sus consecuencias.

    Esto es muy fácil de decir, lo sé. Seguro que yo seré la primera que intentaré evitar todo lo malo a mis hijos, que dudaré si estoy siendo demasiado blanda o demasiado estricta... Pero no debemos perder de vista lo importante. Como padres también nos podemos equivocar, lo importante es darse cuenta y aprovechar las oportunidades para hacerlo diferente.

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  4. Comentario anterior: S.

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