
Sábado, 19:30h. Salgo del hotel apresurada para llegar a tiempo a la boda. En la recepción del hotel, me encuentro con otros invitados, elegantemente ataviados. Ellos con traje oscuro (¡Qué fácil lo tienen los hombres!). Ellas, con vestidos de gasa, de tafetán, de tela brocada, de organza, de seda o de guipur. Vestidos largos, vestidos cortos, alguna con tocado, pero eso sí, absolutamente TODAS con TACONAZO.
20:00 horas. Comienza la ceremonia. Algunos asientos para los familiares, y otro gran grupo de invitados, nos quedamos discretamente de pie para contemplar el emotivo momento de la celebración.
Los novios hacen su aparición bajo la banda sonora de "Memorias de África" y precedido por un cortejo de niños que le dan ternura, y emoción al momento, y nos ponen una sonrisa de cariño en los labios a los asistentes. La novia preciosa, el novio, elegante, y ambos, serenos. Unas palabras emotivas de la hermana de la novia. A punto de llorar los invitados que nos emocionamos con estas cosas. Una parte más sobria, y la celebración del rito del matrimonio en sí. Unas palabras cariñosas del concejal dedicadas a los novios, y unas últimas palabras entrañables, cariñosas, y divertidas por parte del hermano del novio.
Aplausos, tracas, y besos, muchos besos.
Comienza el coctel, al aire libre en una tarde en la que el tiempo, respetó, y las invitadas seguimos de pie, con los tacones y disfrutando del evento.
Buffet de jamón, y de quesos parmesano, y fondue. Entradas frías y calientes, paquetitos de pasta Fillo, deliciosas todas ellas, y pensadas y preparadas con mucho gusto.
Son aproximadamente las 22:00h de la noche, cuando pasamos al salón para cenar. La entrada de los novios al salón con la banda sonora de "La guerra de las galaxias". Risas, brindis, aplausos, cariño. Mis pies se alegran, descansan, cogen fuerzas y reposan mientras nos deleitan con un fabuloso menú. Buen vino, buena comida, deliciosa compañía. Reencuentro de buenos amigos de distintas ciudades, congregados para celebrar un momento importante en la vida de una de nosotras ¿Se puede pedir algo más?
Después, empieza el baile. Los novios lo abren bailando una canción de "Desayuno con diamantes". Emotivo, entrañable, romántico. Detalles que hacen que una boda se convierta en algo personalizado y distinto.
Comienza el baile, las copas, y la diversión, fuera ya de los formalismos. Me fijo en la gente que se encuentra a mi alrededor, invitadas a la boda. Una chica con vestido azul corto y tacón del mismo tono de unos 12 cm. baila entusiasmada, divertida y brincando. Diversión en estado puro.
Su énfasis me hace pensar que estoy mayor, porque no soy capaz de ponerme a brincar como ella con mis tacones. Me da hasta envidia poder brincar como lo hace ella.
Bailamos, (con otro ritmo), unas copas, unas risas, y los pies empiezan a flaquear como si no hubieran descansado nada en el tiempo en que hemos estado sentados. Me cabreo conmigo misma por no haber llevado unos zapatos de repuesto, o por no estar tan acostumbrada a llevar tacón a diario, pensando en que el resto de invitadas si deben estarlo.
3:00h. de la madrugada. Seguimos de pie, bailando, hablando, divirtiéndonos. Me fijo en el resto de invitadas. Hago un escaner a los pies de las invitadas. A estas alturas, hay muchas invitadas que ya se han cambiado los zapatos de tacón por unas cómodas sandalias o zapato plano. Pero aun hay algún grupo de mujeres aguerridas que aguantan con el taconazo. Eso sí, en mi escaner visual observo, que ya las invitadas van dejando el peso en un pie, y al rato en el otro, cambiando de postura. La chica del vestido azul ahora lleva unas sandalias planas. Me siento mejor, jeje.
4:30h. de la madrugada. De las 40 mujeres que podrían haber en la pista de baile, tan solo quedan tres con taconazos y bailando con un ritmo como si acabaran de ponerse el zapato. Una de ellas, familia de la novia, se que fue Reina de las Fiestas hace años, por lo que llego a la conclusión de que ese año en el cargo tuvo que acostumbrarse muy mucho a horas y horas con taconazo, ya sea con el traje regional o con vestido de coctel. Las otras dos, deben ser azafatas, o modelos, o similar. Algún trabajo deben desempeñar que las obliga siempre a estar impecables y a aguantar muchas horas de pie con taconazo.
Después de comprobar que solo una ínfima parte de las invitadas siguen aguantando el tacón, me voy a la cama con menos remordimientos, jajaja.
Y digo yo: ¿Porqué Dios inventó los tacones?
P.D: A los novios, mi felicitación más sincera.