martes, 5 de noviembre de 2013

Hoy toca entrada "perruna"

Hoy, como os avanzaba en el título, toca entrada perruna, y es que ayer el "chiquitín" cumplió tres añazos. Me parece mentira lo rápido que ha pasado el tiempo. Aunque llegó a casa con dos meses y medio, ayer fue el día de su tercer cumpleaños. Tres años dándonoslo todo, y haciéndonos, sin duda, más felices. 

Llegó en un momento complicado, pero teníamos tan claro que queríamos un perro desde hace años, que el hecho de estar en pleno tratamiento, y que luego resultara un ectópico, no nos paró y nos ayudó muchísimo a no hundirnos. Aún recuerdo estar a reposo y Unai siempre a los pies de mi cama. Desde el primer día, sabiendo que lo mejor que podía hacer era hacerme compañía, y no se despegó de mi en todo aquel proceso. 

Aquí os dejo una foto del día que llegó a casa.



 Tengo tanto cariño a este perro, por esto, y por mil cosas más, que no quiero ni pensar el día que nos deje como será. Yo, que no soy de llorar con las pelis, creo que en la única que he llorado en toda mi vida es viendo "una pareja de tres". Mejor no pensarlo... Hay gente que dice que "son solo perros", pero Unai es mucho más para nosotros, es un compañero fiel, un miembro más de la familia, y se ha ganado ese sitio a pulso, sabiendo estar, siempre. Esta es una foto de Unai de este verano. Tres años después de su llegada a casa. ¡Cómo ha crecido! 




Tenía pendiente hablaros de su reacción cuando llegó BB a casa. Hoy es el día perfecto para hacerlo. Los primeros meses de embarazo me los pasé informándome sobre cómo debía hacer la adaptación perro-BB. Era algo que me preocupaba, pero no por no confiar en el, sino porque no quería que el lo pasara mal con la llegada de BB. 

Después de leer mucho, el día que salimos del hospital subimos a casa y BB iba en el maxicosi tapadita. T había estado bajando su ropita y algún pañal para dárselos a oler, y que fuera conociendo su olor. Cuando llegamos a casa, primero entre yo, porque hacia varios días que no me veía y quería saludarlo como se merecía. Después de saludarlo, entraron T y BB, que iba dormidita. Dejamos el maxicosi en el suelo mientras lo saludábamos. Unai se acercó a oler, pero como estaba tapadita con un arrullo, olió un poco el arrullo durante unos segundos y se centró en nosotros. "Que fácil ha sido! pensé. 

Después de unos minutos, ya calmado y a nuestros pies, BB se despertó y emitió un sonidito de su miniboca. En ese momento, Unai al escucharla, se puso de pie de un salto. Se había percatado que aquello no era solo un arrullo! Sino que había un bebe dentro! Se acercó y al comprobar que efectivamente, había un bebe, empezó a mover el rabo como un loco. Le chiflan los niños y los bebes. Apartamos el arrullo, y le dejamos que la oliera todo lo que quisiera, sobre todo por los pies. Empezó a darle lametazos en el pie mientras movía el rabo. Estaba encantado de tener un miembro más en su manada. A partir de ahí, le enseñamos lo que podía hacer, y lo que no. Solo bastó darle la orden una vez para que supiera que no podía chuparle la cara ni las manos, solo los pies, y cuando le diéramos permiso. A partir de entonces, se ha convertido en su fiel escudero. La vigila, la cuida, y no se separa de ella o de su cuna, o de su cochecito cuando salimos a la calle. Quiere estar pendiente de ella, porque sabe que ella ahora es la líder de su manada. Así que se comporta sin obsesionarse ni ponerse chulo si alguien se le acerca, pero si está alerta y pendiente de donde está la chiquitina. 

¡No me digáis que no es tierna la foto!

Tiene unas ganas locas de jugar con ella, pero aún no puede. Cuando BB estaba con los cólicos, Unai le llevaba sus juguetes a los pies de su cuna cuando lloraba, como si pensará "venga, no llores, te dejo mis juguetes!" jajaja.

¿Alguien sigue pensando que es "solo un perro"? ¿Alguien duda que es el mejor perro del mundo mundial? Bueno, igual no es el mejor, pero desde luego para nosotros, si lo es, y por supuesto, no es "solo un perro", sino alguien muy especial en nuestra familia. 

Eso sí, todo esto es gracias en parte a la naturaleza del perro, pero también en parte a un esfuerzo por nuestra parte para que el compruebe que la llegada de BB no supone apartarlo, ni dejarlo en segundo plano. Cuando alguien viene a ver a BB a casa, tenemos la norma de que primero salude al perro. Le de una chuche y una palmadita en el lomo. Unai se excita siempre que viene alguien a casa, porque le encanta la gente, así que una vez lo han saludado, el se relaja, y se pone a nuestros pies (o a los del visitante). Este ritual dura unos cinco minutos. Cuando ya está calmado, es cuando la visita se acerca a BB, la puede coger o hacerle mimitos o lo que quiera, que el perro ya no se pone celoso queriendo atención. 

Imagino que debe ser parecido a cuando hay un hermano mayor, que hay que procurar hacerle caso tambien para que no coja celos del bebe. Pues esto debe ser algo parecido. 

Ayer nos regalaron BB y Unai un momento precioso. BB ha empezado a percatarse mucho más de la presencia de Unai. Ella lo ve y lo observa detenidamente. Ve como jugamos con el, y cuando vamos de paseo los cuatro (algo también imprescindible porque es lo que más le gusta a Unai hacer), BB no le quita ojo cuando camina al lado del cochecito. Ya que no puede jugar con ella, para Unai, su momento del día favorito es el del paseo los cuatro, como una manada. Ayer, como os decía, BB estaba en brazos de su padre. Unai, como siempre, a nuestros pies. Había cogido un juguete y estaba entretenido en sus juegos. De repente, BB se percató de que estaba a sus pies. Se incorporó hacia donde estaba Unai, y al verlo jugar con sus juguetes, empezó a soltar carcajadas. ¡Feliz! Unai, cuando oyó sus carcajadas, la miraba y movía su rabito.¡No me digáis que esto no promete! En breve tendré escenas en casa parecidas a estas. 


(Fuente:Amo a mi perro)



¿Quién dijo que "solo eran perros"? Unai es mucho más, sin duda.

 ¡LARGA VIDA AL "CHIQUITIN"!